‘La bandera’, cuando la política es el medio y no el fin CLAQUETA

‘La bandera’, cuando la política es el medio y no el fin

Martín Cuervo regresa de la mano de una nueva comedia con Imanol Arias a la cabeza en la que nos hace reflexionar sobre el papel que le damos a nuestros mayores

 

Al buscar la definición exacta del término ‘sobremesa’ nos encontramos con que es el periodo de tiempo que transcurre “inmediatamente después de comer y sin levantarse de la mesa”. O lo que es lo mismo, el deporte nacional. Porque no hay nada más español -y que nos guste más- que juntar a la familia en casa el domingo ante una mesa coronada por un buen plato de arroz con conejo. Y, como es sabido por todos, es en estos casos cuando se debe hacer caso a nuestros mayores y no hablar ni de dinero, ni de política, ni de religión. Pero, ¿y si es eso justo lo que pasa? ¿Y si tu padre ha plantado en el jardín una bandera del tamaño del pabellón de un barco?

Este es el escenario del que se sirve Martín Cuervo (Con quién viajas, Todos lo hacen) para La bandera (2024) su nueva comedia dramática que, cargada de mensajes y bajo la máscara de la carcajada, consigue tocar temas tan delicados hoy en día como lo son las polarizaciones políticas, las banderas y nuestros mayores, los grandes olvidados que han ganado territorio después de la pandemia. Una montaña rusa de emociones más profunda de lo que puede parecer en un primer momento. Si no hay que juzgar un libro por su portada, tampoco hay que hacerlo con las películas y sus pósteres.

Con un reparto formado por Imanol Arias (Cuéntame cómo pasó), Ana Fernández (Las chicas del cable), Aitor Luna (La catedral del mar) y Miquel Fernández (Las noches de Tefía), La bandera nos cuenta la historia de Tomás, un padre de familia que invita a la que está siendo su biógrafa y a sus dos hijos -el empresario de éxito fiel a la gomina y el artista bohemio que hace esculturas con heces- a una comida familiar para hacer un importante anuncio, un cambio en su herencia. Una dinámica familiar que nos recuerda que cuando volvemos a casa, volvemos a ser los niños que fuimos, y que los secretos y rencillas salen a la luz con cualquier excusa: las últimas elecciones, una bandera o ver quién tiene más patatas en el plato.

La bandera ha sido todo un reencuentro de rostros conocidos de nuestro cine ya que Imanol Arias había trabajado previamente con Aitor Luna en Sordo, y este a su vez con Miquel Fernández en Las aventuras del Capitán Alatriste.

 

Sin una puesta en escena demasiado grandilocuente -gran parte de la cinta tiene lugar en el salón de esa casa familiar durante lo que simula ser una tarde de domingo-, el peso de toda acción recae en unos personajes bien estereotipados (el de derechas, el de izquierdas, el padre senil y la cuidadora observadora) y en un hábil juego de planos contraplanos que nos regala y consigue crear situaciones realmente incomodas de mirar (no somos parte de esta familia, no tendríamos que estar ahí viendo esto) como ese enfrentamiento en el bar filmado con planos contrapicados que nos ubican en una posición de inferioridad, no somos mejores que estos peculiares personajes que tienen completamente olvidado a su padre. Esta película habla de todos.

Pero, si hay algo que destacar es la labor de Guillem Clua, autor de la obra de teatro original de la que nace esta historia, a los mandos de un inteligente guion que hace las delicias de la película y que consigue tener las dos caras de una misma moneda en una única escena. La risa y la lágrima. Con la cantidad justa de gags y sin chistes de “cuñaos”. Solo un buen guion, y una mejor interpretación, nos podía llegar a ofrecer a un Imanol Arias ataviado con un traje de Tiranosaurio Rex hablando de él en tercera persona y reclamando el amor de unos hijos que solo parecen preocuparse cuando el dinero está sobre la mesa.

Y es esta última idea la que queda y sobrevuela toda la cinta del madrileño quien ahora, en su tercer largometraje, les otorga a los mayores esa posición en las familias que tan relegada parece estar. Podrá haber miles de diferencias -préstamos de dinero incluidos- y miles de banderas – aunque no sean visibles al ojo humano-, pero la familia sigue siendo el pilar, el mástil, sobre el que se iza cualquier existencia. Y es que al final, solo yo puedo meterme con mi familia.

la bandera pelicula
La bandera ha supuesto el regreso de Ana Fernández a la gran pantalla después de un periodo de tiempo más dedicada al mundo de las series.

Con motivo de su estreno en salas el pasado viernes 14 de junio, hemos podido hablar con su director, Martín Cuervo, y dos de sus protagonistas, Ana Fernández y Aitor Luna, sobre el rodaje, la construcción de sus personajes y sobre ese mensaje que deja La bandera en todo aquel que se acerque al cine a verla. Y sí, también ha habido tiempo para que nos cuenten alguna que otra anécdota.

 

Perfil de autor/a

Sheila Bonoso

Publicítate en Pop Up Mag

Apoya nuestro proyecto y date a conocer anunciándote en nuestra web o redes. Ponte en contacto sin compromiso a través de info@popupmag.es


 

Síguenos en redes:

@popup_mag


 

Más publicaciones: