Shakira, Bizarrap y el dogma de lo correcto

« ¿Por qué las mujeres artistas –y las mujeres, en general- están obligadas a, constantemente, dar lecciones de algo? »

No me queda otra que desechar el borrador del artículo que tenía preparado. En parte lo agradezco: no era más que una reseña generalista en la que no dijera nada que no se supiera. De hecho, creo que con esta ‘Bzrp Music Sessions, Vol. 53’ poco hay que detallar o añadir. Salta a la vista, y ya las redes sociales se han encargado de enjuiciarla, para bien o para mal.

Que la colaboración de Shakira y Bizarrap iba a dar que hablar es un hecho, más aún si tenemos en cuenta el momento vital que está atravesando la artista colombiana, y todavía más si pensamos en el punto de inflexión que supuso la tiradera de Residente desde la sala de grabación del productor argentino. 

Partiendo de esta base, es precisamente el punto de las redes el que quiero retomar. Entro a Twitter con el objetivo de conocer las más que variopintas opiniones del público y lo mejor que puedo hacer es cerrarlo, respirar profundo, y abrir el Word. Quede constancia de que no con el propósito de tener la razón ni de ser políticamente (in)correcta –además, que no me gusta nada ese concepto-, pero supongo que a quienes nos gusta esto de escribir, la hoja en blanco es lo más parecido que tenemos al micrófono del estudio de Bizarrap.

Trato de reflexionar y de darle vueltas al tema, buscando las palabras exactas que definan lo que se me pasa por la cabeza, pero es tal el estupor que las ideas se mezclan unas con otras, y la única conclusión que saco en claro es el mantra socrático de que ‘’solo sé que no sé nada’’. Queríamos carnaza y nos la dieron, ¿y ahora nos parece mal?

Recuerdo las críticas a Paulo Londra por haber sido ‘’demasiado blando’’ en su ‘Bzrp Music Sessions, Vol. 23’. Miren ustedes: en la variedad está el gusto. Si no hubiera diversidad de opiniones yo no tendría la mía, y no pretendo que asintamos como borregos y que todo nos parezca bien. Como humilde redactora agradezco la disonancia. Ahora bien, creo que la capacidad analítica en cuanto a este tipo de contenidos debe ir más allá de la polarización entre el bien y el mal. En la música, como en la vida, existen los tonos grises.

Por supuesto que hay lyrics más que cuestionables en la sesión de Shakira. Por supuesto que esta canción no es un himno para la manifestación del 8 de marzo, pero es que tampoco pretende serlo. ¿Por qué las mujeres artistas –y las mujeres, en general- están obligadas a, constantemente, dar lecciones de algo? ¿De ser ejemplo? ¿Por qué como sociedad nos hemos empeñado en exigir una ética perfecta sin tener en cuenta que somos seres humanos, y que la rabia y el dolor no conocen la sororidad ni tienen por qué hacerlo –menos aún si la otra parte no conoce la empatía-? De verdad se los digo, me asombra la ingente cantidad de abanderados por metro cuadrado y me asombra la misericordia selectiva. Me gustaría saber cuántos de ellos aplican lo que predican en su día a día.

Yo tampoco creo que sea apropiado comparar a las mujeres con coches o relojes, de verdad que no, pero la experiencia me dice que los que se dedican a esto tienen derecho a cantar y facturar su dolor como les venga en gana. Curioso que el baremo de la moral lo pongan solo en funcionamiento cuando se trata de artistas femeninas. En otras ocasiones me parece oír un eco lejano que dice ‘’hay que separar al artista de la obra’’, o algo así.

En fin, amigos y amigas. Si han llegado hasta aquí solo puedo darles las gracias por leer una entre tantas opiniones que hay hoy flotando por la red, así como también agradecer a Pop Up Mag que me ceda este altavoz. 

La polémica está servida y a los hechos me remito, pero los análisis deben ser más sesudos, debemos ir más allá, y no usar la carta de la ‘’hipocresía’’ como si fuera el +4 del UNO.

Y, por favor, antes de terminar quisiera añadir otra cosa: no subestimemos a una de las cantantes y compositoras latinas más importantes de todos los tiempos, ni a uno de los productores más relevantes de la contemporaneidad. Shakira y Bizarrap nos han regalado una más que memorable aportación a la cultura pop, valorémosla como tal.