the substance portada

«The Substance»: una excelente obra mediocre que es necesaria

Acabo de ver The Substance después de que varias personas que conocen mis intereses en el cine me la recomendaron alegando que me gustaría y, después de hacerles caso, considero que la película en sí misma es mediocre como obra, pero es excelente en cómo ha conseguido posicionarse en la conversación general y lo que puede suponer (o está suponiendo) para el tipo de películas que se vayan a construir a partir de ahora.

En primer lugar, quiero destacar lo obvio (al igual que hace la directora Coralie Fargeat durante toda la película) y es que precisamente los subtextos que presenta la narrativa son demasiado literales. Desde un primer momento ya sabes que todo es una “metáfora” sobre el peligro de jugar a ser Dios para buscar la versión perfecta y sobrehumana del propio yo. Todo esto desde la narrativa “el pacto con el demonio” (o “el genio en la lámpara” según Blake) que tantas veces se ha hecho y, en este caso, tampoco aporta nada nuevo.

Tampoco quiero hacer un análisis extenso de la la película porque este texto tiene únicamente carácter de crítica y no analítico, pero sí me gustaría destacar a su favor la mezcla de argumentos que ha hecho Fargeat entre el mencionado antes “el pacto con el demonio” y “el ser desdoblado”, mezcla que creo que ha dado pie a crear ese universo visual tan sórdido que hace que esta película pueda ser considerada dentro del subgénero body horror.

Como he mencionado antes, la narrativa de la película no tiene mayor interés, pero si que querría destacar su apartado estético. Basándome en los conocimientos de Guy Devord plasmados en su libro La sociedad del espectáculo (1967), la sociedad cada vez se nutre de más imágenes potentes y efectivas, que conforman lo que él llama “sociedad del espectáculo” y menos en textos y narrativas (en el caso del cine) que requieran de un análisis al que haya que dedicarle tiempo. Una imagen, por compleja que sea, deja un mensaje instantáneo en el cerebro, al contrario que un texto.

Es por ello por lo que películas simples narrativamente como The Substance, pero con un apartado visual muy potente, hacen que sean las creaciones imperantes hoy en día. Da igual que el guión no sea relevante, la gente se quedará con ver a la bola sebosa de carnes y tumores creada entre los rostros de Demi Moore y Margaret Qualley. Si bien es cierto que el hecho de que The Substance haya tenido tanta repercusión haya sido únicamente por el apartado estético, considero que la vuelta del body horror a lo mainstream, podría ser favorecedor en cuanto a la creación de nuevas películas en el que lo perfectamente cuidado que estará lo estético ya no será tanto para agradar al espectador, si no para horrorizarle, y personalmente esto es algo que me parece muy interesante a la hora de crear arte.

Aprovecho esto último que he comentado para recomendar tres películas que podrían gustarte si te ha gustado The Substance:

Videodrome (1983), David Cronenberg
Eraserhead (1977), David Lynch
Kynódontas (2009), Giórgos Lánthimos

Para finalizar mi crítica a The Substance, quiero destacar el buen trabajo de Coralie Fargeat que, a pesar de la narrativa simple, ha conseguido que el body horror vuelva a estar en la conversación social en lo que a cine se refiere y creo que tiene un universo estético muy interesante el cual puede seguir explotar para ir creando su universo cinematógrafo (pero que deje tanta referencia clara y se centre un poco más en crear imágenes que sirvan a otros como referencia).

Si quieres ver The Substance, está disponible en FILMIN y Movistar+.

 

Reality+”: la matriz de La sustancia

Si no lo sabéis ya estoy yo para contároslo: The Substance está basada en un cortometraje que hizo la propia Coralie Fargeat en 2014 llamado Reality+. Este cortometraje cuenta la historia de un grupo de personas que hace uso del programa “Reality+”, con el que se implantan un chip que hace que las otras personas que tengan implantados el mismo chip les vean como si fueran modelos, pero con un pequeño problema, y es que tienen que descansar 12 horas cada 12 horas para que el chip funcione correctamente.

Narrativamente es muy similar e igual de simple que The Substance, pero no tiene el componente interesante del largometraje y es ese apartado estético que busca incomodar al espectador. Por el contrario, el nivel estético del cortometraje es técnicamente bueno y ya está. Eso sí, en Reality+ ya vemos la imagen de la espalda abierta y cosida que Fargeat utilizaría 10 años después en The Substance.

Fotograma del cortometraje Reality+ (2014), Coralie Fargeat.
Fotograma del cortometraje Reality+ (2014), Coralie Fargeat.

Tampoco diría que el cortometraje no tiene interés, ya que tampoco pretende ser más de lo que es y como tercer proyecto de Fargeat considero que es bastante decente. Pero, si The Substance es un capítulo de Black Mirror extensamente largo, Reality+ podría ser perfectamente un capítulo de la versión francesa de Black Mirror.

Si quieres ver Reality+, está disponible en FILMIN, Prime Video y MUBI.

Perfil de autor/a

Gala Cubillo

Publicítate en Pop Up Mag

Apoya nuestro proyecto y date a conocer anunciándote en nuestra web o redes. Ponte en contacto sin compromiso a través de info@popupmag.es


 

Síguenos en redes:

@popup_mag


 

Más publicaciones: